Principales características del Líder Coach
La principal característica del líder coach es la capacidad de desarrollar a otros, de potenciar sus capacidades y posicionarlos en un siguiente nivel de competencia profesional.
Eso significa que debes ser capaz de creer en las personas de tu equipo. En este sentido es imprescindible que cambies el punto de vista, y pienses en tu equipo en términos de potencial, en lugar de rendimiento. Esto, porque nos ayuda a potenciar y retener el talento. El cambio consiste en pasar de ser jefe a ser líder. Lo que significa que ya no valen necesariamente las órdenes y el control. En el contexto actual las imposiciones y las jerarquías pierden fuerza. Cada vez más los empleados, especialmente los mejores, quieren más autonomía y capacidad de elección, aprendizajes constantes y mayor diversión, también en el lugar de trabajo.
Resumiendo, para ser un buen líder desde el modelo del coaching es necesario que el trabajo resulte correcto, al mismo tiempo que somos capaces de desarrollar las capacidades del equipo. Y esto no es tarea fácil. Todos sabemos que el cambio constante y las urgencias nos quitan el tiempo que necesitamos para pensar, para dedicar a tareas más estratégicas, algo que se supone que es nuestra obligación como jefes. No digamos cuán difícil es dedicar tiempo a nuestra gente. Dar órdenes es mucho más rápido. Pero si preguntamos al equipo sobre las alternativas y esperamos que lleguen a sus propias conclusiones, crecen, aprenden y asumen una mayor responsabilidad, pues se implican en los resultados. Así, nos liberan de tiempo y preocupaciones que nos permiten dedicarles más tiempo de calidad y atender los temas más estratégicos.
Desafíos del Líder Coach
Ejercer el liderazgo desde el coaching requiere grandes dosis de humildad y mucha confianza. Debemos abandonar el deseo de control y no esperar que los demás crean en la superioridad de nuestras habilidades. Ya que hoy los directivos humildes no necesitan demostrar que lo saben todo, basta con que conozcan lo más importante.
Y tampoco es fácil para los demás, ya que sí empezamos de un modo muy participativo podemos sorprender o confundir, incluso algunos pueden interpretarlo como debilidad o falta de seguridad en nosotros mismos. Para evitar que esto ocurra es recomendable que, desde el primer día, describas cómo va a ser tu estilo de liderazgo y fomentes el feedback y las preguntas.
Por tanto, liderar desde el coaching es confiar en los demás y su potencial, pero también, confiar en nosotros mismos. Venimos de la cultura del esfuerzo y el conocimiento como requisitos para ser directivos. En consecuencia, liderar desde el coaching implica un cambio interno muy profundo, empezando por superar nuestros miedos a perder el trabajo, la autoridad, la credibilidad o la seguridad en nosotros mismos.
Que hace un Líder Coach
Nuestra misión es ser facilitadores, en este sentido, nos será más difícil ejercer de coach cuando más expertos seamos en la materia. La clave está en dejar al otro que plantee sus propias soluciones, y sólo cuando ha agotado las posibilidades, plantear las nuestras a modo de alternativas, para evitar que sean vividas como una imposición, esta dinámica aumenta la responsabilidad y el compromiso, ingredientes clave para el alto rendimiento.
Y aunque puede parecerte que como líder coach, delegas más y tienes un menor control de la situación, en realidad es mayor, porque conoces no sólo el plan de acción que propone tu equipo, conoces también el razonamiento que los ha llevado a proponer ese plan, por tanto tienes una mejor información y un mayor control del resultado.
Además, para ser un buen líder, es vital fomentar la interdependencia y la confianza. Lo que significa gestionar los conflictos aprovechando la oportunidad para reforzar los vínculos y la confianza, porque los conflictos no resueltos generan desconfianza. Y eso no nos lo podemos permitir, pues la confianza es el valor máximo por preservar en un equipo si queremos que éste funcione y más si queremos que funcione con alto rendimiento.
Nuestro enfoque debe ser a resolver problemas, no a buscar culpables. Precisamos propósitos compartidos y eso significa trabajar con generosidad, sin ocultar ninguna información, por otro lado esta es necesaria para que cada cual llegue a sus propias conclusiones. Es decir, trabajar con honestidad y apertura, sin agendas ocultas.
De esta forma, se incentivan conversaciones frecuentes y honestas sobre lo que funciona y lo que no funciona, sobre lo que necesita el líder de sus colaboradores y lo que necesitan ellos de su líder. Todo esto genera un clima favorable para el trabajo colaborativo, desarrollo de las personas y de los equipos de trabajo, apuntando siempre al logro de los objetivos de la organización y los de cada persona.
Ten en cuenta que al final, la calidad de tu liderazgo como directivo se apreciará en la actitud y el comportamiento de tus colaboradores. Y esto no pasará desapercibido en tu entorno.
¡Facilitar e inspirar, es tu misión como líder coach!